Nace la primera nación robótica

Luego del histórico fallo reconociendo como persona natural a un robot XQINT II, otras cortes de justicia de Atenea han secundado el fallo y han determinado que los robots reconocidos están dotados de las mismas facultades que los humanos poseen desde su nacimiento, bajo este nuevo régimen jurídico, otros robots han sido reconocidos como personas de plenos derechos aunque otras cortes de justicia, gobiernos, asociaciones y reinos de Atenea han rechazado el fallo o han desestimado el caso.

Sin embargo al menos medio centenar de robots han decidido crear un régimen jurídico propio que será ejercido en un territorio al este de Firenze, que tendrá como fin establecer relaciones con las cortes de justicia y otros organismos del Sistema Zeus. La declaración de la Conferencia de Firenze firmada por los robots presentes procurará "sentar las bases jurídicas de una nación libre en donde todo ser con capacidad de inteligencia, evolucionado o creado, podrá cooperar, comerciar, construir, deliberar, expresarse y convivir con otros seres sin más limitaciones que los impuestos por la consideración de estas mismas facultades en otros seres con capacidad de inteligencia", como reza en el texto, publicado en los grandes medios del planeta.

El robot Isaac Al-Jwarizmi, uno de los conferencistas y quien recibiera el primer doctorado otorgado a un ser no humano, explicó que el temor de muchos seres humanos a la creciente inteligencia y capacidad de los robots no es infundada, sin embargo señaló que dado que los robots poseen la misma capacidad de discernimiento moral que los seres humanos, esta capacidad de discernimiento significaría un fuerte contrapeso a las voluntades menos nobles que eventualmente otros seres robóticos puedan albergar contra los seres humanos. "Nada nos garantiza que en el futuro no existan conflictos entre seres humanos y robots, pero la historia nos enseña que la inteligencia ha sido empleada tanto para la más atroz villanía como para lograr las más sublimes obras morales, tecnológicas y culturales de la humanidad. Entonces nada impide tampoco que entre miembros de distintas razas inteligentes puedan alcanzarse nobles fines como el comercio, la empresa, el descubrimiento científico y el desarrollo cultural" ha sentenciado.

De momento la nación robot contará con 110.000 kilómetros cuadrados que han sido ya trabajados por los robots drenando ríos, creando embalses y afirmando tierras. Sorprendentemente, Quantum, la primera ciudad robótica, no posee trazado de calles sino que cada terreno individual se interconectará con portales entre vecinos y vías internas en cada parcela cuya gestión de costos se realiza automáticamente a través de pontazgo electrónico. El extraño diseño urbanístico surgido en Ciudad Quantum no ha disuadido a emprendedores humanos a colocar negocios como bancos, centros comerciales, laboratorios y museos. Más sorprendente, ningún robot admitió haber planificado el diseño que rápidamente está tomando la ciudad, una forma de nervadura de hoja, que recuerda a un fractal con supervías compuestas de propiedades con acuerdos en similitud de costos de pontazgo.

La forma de gobierno de ciudad Quantum no ha sido determinada, pero según el robot Eratóstenes Alejandro, estudiante de neuroeconomía y antropología comparada, la forma de gobierno se podría calificar como de autogobierno individual contractualista; en la práctica -afirma- la sociedad robótica funciona sin un gobierno definido, no hay palacio de gobierno, parlamento ni elecciones, a la usanza de la mayoría de sociedades de Atenea. La administración de justicia igualmente se encuentra bajo un sistema de libre competencia, sin leyes escritas, rige únicamente el cumplimiento de contratos y el reconocimiento de títulos de propiedad. La diferencia con las sociedades anarcocapitalistas humanas radica principalmente con que el sistema de justicia difiere de la visión de tendencia monopólica-jerárquica humana, herencia de un pasado sociobiológico jerárquico que ayudó a sostener a la raza humana durante épocas de recursos escasos e incipiente institucionalidad.