Zeus se ve apenas como un punto luminoso en el espacio, imagino que será mi estrella de navidad en este momento, la soledad y el silencio invaden la nave apenas acompañada por la distante presencia de una estación de hidrocarburos y del rumor de los bichos que pasean por las cubiertas. Estoy a millones de kilómetros de casa, en la órbita de Cronos el último planeta gigante gaseoso del sistema, pero el “super-júpiter” no se encuentra a la vista, tampoco son visibles Poseidón ni Dionisos. Y cada vez voy mas lejos, la misión en esta ocasión es llegar al límite mismo del sistema hasta las nubes cometarias donde espera la estación hidrocarburífera Avicena, cargar y volver a Atenea a Liberty I.C. para entregar la carga al cliente.
No existen grandes reservas de compuestos hidrocarburíferos en los planetas del sistema, pero el sistema mismo está rodeado de nubes moleculares de compuestos congelados de carbono, se cree que estos proceden de Metis la estrella acompañante de Zeus que al contraerse expulsó grandes cantidades de minerales y gases, los que ahora se recogen y se refinan electrónicamente para crear toda suerte de productos, el proceso es mas barato y limpio que refinar petróleo de la Tierra, además ello ya no es posible, las principales industrias fueron estatizadas por la UEST hace décadas.
Ya es posible ver a Avicena en pantalla, la estación consiste en una inmensa pantalla cóncava de 30 kilómetros de diámetro que va recogiendo y trasladando los fragmentos de minerales y carbonatos congelados hasta un embudo que los tritura y convierte en arenas y gases presurizados que luego se almacenan en grandes tanques de almacenamiento, tan grandes como cien buque-tanques de superficie, a estos tanques se conectan los cargueros para llenarse y regresar a Atenea. La nave ha contado 40 cargueros en total, contando con Fenix707 y otras 4 naves que vienen atrás se habrá completado el número total, 3 convoys de 15 naves.
En Avicena esperan ya las naves que integrarán los tres convoys, en este negocio es característico el buen humor, por lo que no sorprende que a los convoys los bautizaran como Melchor, Gaspar y Baltasar, nombres no del todo descabellados pues de la carga se refinará un ínfima parte en diversos productos aromáticos. Así que en parte llevamos a Atenea presentes que se convertirán en aromas, perfumes, velas e inciensos. Serán unas gratas navidades para mucha gente, millones de emigrantes por fin podrán celebrarla abiertamente, incluso en las mas lúgubres colonias mineras se celebra la navidad con fiestas, música, regalos y árboles.
En la Tierra ya no es así, en aras de una “sociedad igualitaria” y un Estado planetario laico se prohibieron celebraciones exteriores, se prohíbe incluso el adorno externo de viviendas pues toda manifestación exterior se considera pública y bajo control del Estado. Las instituciones educativas son todas públicas, hace 43 años se expropiaron los últimos establecimientos privados por lo que tampoco los niños festejan fiestas ni pueden exteriorizar sus creencias.
La navidad fue prohibida en la Tierra.
Regreso a casa en Navidad, las distancias engañan, Atenea al centro es el doble de tamaño que Afrodita a la derecha y 8 veces mas grande que Artemisa al centro-inferior. Pueden verse las grandes ciudades iluminadas adyacentes al Mar de Capitolia.